jueves, 17 de diciembre de 2015

FERIA EN LA ALIANZA FRANCESA

Los días 11 y 12 de diciembre de 2015 se realizó en la Alianza Francesa de San Carlos de Bariloche,  la Feria de Arte y Diseño.









A la misma estuvimos invitados algunos escritores locales para e
xponer nuestra obra literaria,  que compartimos con el público presente.



Se encontraban en exposición diferentes trabajos de artesanos en madera, cerámica, accesorios en joyería y vitreaux. Se podía degustar platos de comida vegana y elegir ropa de diseño. Por último se pudo disfrutar de danzas celtas.


DE REYES Y REINAS

Ella era una retirada del mundo,  lo que le dicen una jubilada. Vivía tranquila, dedicada a escribir aquello que el alma le sugería.
El Solitario en la notebook la entretenía, con las propuestas de reyes y reinas que se oponían a su juego, cuando sonó el teléfono que la distrajo de la contienda cibernética.
La voz no le resultó conocida, pero sin tiempo a reflexionar, del otro lado el hombre se daba a conocer, para no aletargar la sorpresa.
─Te busqué en el facebook pero no te encontré, -le dijo, ─entonces un amigo más práctico que yo en cuestiones de internet te encontró en google, ─terminó diciendo.
Matilde prestaba atención.
─Arriesgando marqué tu número, que he conservado por todos estos años. Si me atendía un hombre, colgaba, ─siguió el monólogo de la voz que hacía veinte años ella no escuchaba.
─Quiero saber cómo estás, qué es de tu vida. 
Y así se inició un diálogo de los que generan los años de olvido. Nada transcendente. Situación personal de cada uno, contar que cada uno sigue viviendo en el mismo lugar, en el mismo barrio, con una separación de cuatro cuadras entre ellos, igual que antes, destacando que ahora con los vidrios polarizados ya no hay posibilidades de ver quiénes van dentro de los autos para saludar.
─Yo quedé viudo hace diez meses, ─dijo sin previo aviso, Juan José.
─Lo siento mucho, ─después de un silencio inesperado pudo expresar Matilde.
Las expectativas empezaron a mostrarse sutilmente, aunque la conversación siguió convencional y con un dejo de cuidado.
Y con un cordial: ─me alegró saber de vos, ─la llamada finalizó sin promesas ni compromisos.
Al día siguiente Juan José volvió a marcar el mismo número. ─¿Qué te parece si cenamos esta noche?, creo que tendremos muchas cosas para contarnos.
A las nueve de la noche iban camino al bonito restaurante italiano. Matilde sentía que se había generado un acercamiento casi adolescente. Ambos estaban entusiasmados confesándose, imperceptiblemente.
─¡Qué hermoso es saber que alguien te piensa! ─dijo Juan José aludiendo a lo rápido de los acontecimientos.
Ella se sintió aquella a quien alguien le traía el zapatito de cristal para probárselo.
─Me sorprende escucharte eso, porque es una de las frases más hermosas que he descubierto, ─y repitió enfatizando la última palabra: ─saber que alguien te piensa…
Durante la cena, Juan José era el Rey Mago que sorprendía a la agasajada, trayendo recuerdos que Matilde ya no guardaba. Se habían conocido en el consultorio de Juan José, donde ella había acudido en varias oportunidades. Habían sido momentos de muchas confesiones y secretos profesionales que la paciente no había querido retener.
─¿Te acordás cuando te invité a volar en planeador?
Matilde se ruborizó. Realmente no estaba en su memoria. Para salir de la situación aludió que en ese momento ella había aceptado porque era una mujer libre, pero él era un hombre casado, por lo que para ella todo había quedado en el olvido.  
─Acordate que yo estaba muy enojado con mi esposa, ese fin de semana, por eso te invité. Pero ahora quiero mostrarte algo. ─Juan José extrajo de un bolsillo de su abrigo un pequeño papel, amarillento por el tiempo.
Matilde quedó atónita. Era aquella sugerencia escrita que había dado una vez en una de sus visitas de consulta médica, sobre un restaurante en Chile. Ese papel con su letra manuscrita en lápiz, estaba allí.
─Lo guardé en la contratapa de mi agenda, todos estos años, ─confesó Juan José. ─No puedo decirte por qué, ni para qué, es cierto que yo era un hombre casado, pero nunca pude desprenderme de esto, y aquí está, en este momento vuelve a ver la luz después de tantos años.
Matilde permanecía callada. Las manos empezaron a transpirarle, la comida se enfriaba. Las ideas bullían.
El hombre frente a ella espera, observaba en silencio. Y ella sentía el vínculo casi perverso del rey y la esclava subyugada. En aquellos años había luchado por no enredarse con un hombre comprometido, y ahora estaba con esta aparición ¿infernal o angelical?
Terminada la cena, Juan José propuso un café en casa de Matilde. El juego continuaba. La noche avanzó y las confesiones por momentos aparentaban que ya no tenían mucho asidero, aunque parecía que ambos se estaban dando la oportunidad de saber más uno del otro. La madrugada los separó nuevamente sin pacto alguno.
Varias semanas fueron en las que el abismo del vacío impregnó los días de Matilde. Juan José estaría distrayéndose en el club de golf, como había dejado expresado que hacía, indefectiblemente, todos los días.
Qué lindo es que alguien te piense… ─recordaba Matilde.
Se filtraron brevedades de ausencia y silencio y ella resolvió llamarlo. Ahora ella propuso cenar, diciéndole que cocinaría comida irlandesa.
Esta vez la noche acortó los tiempos y en sólo un par de horas se cumplió el espacio a compartir. ─Mañana tengo obligaciones, ─se excusó el hombre que había sacado a Matilde del letargo. Y agregó que: ─estoy haciendo terapia para quitar de mi entorno la gente que no me hace bien…

Matilde nuevamente está compitiendo con su  Solitario en la notebook, pero ahora diciéndose: ─qué lindo es que alguien te piense… 

                     Del libro inédito:

                             EL CAMINO DE LIBRA

Nos vemos en el próximo 2016.
Que tengan todos una LINDA NAVIDAD 
Y QUE EL 2016 LES CONCRETE SUS DESEOS MAS PRECIADOS.

2 comentarios:

Lilián dijo...

Claro q nos veremos el próximo 2016! Tal vez antes. Te llamo

Antonio Salguero Ar. dijo...

___Un saludo para tí querida Norma Dus. Felicidades !!!